Por los pueblos negros en Guadalajara, se conoce a una subcomarca de la zona noroeste de la provincia de Guadalajara, que comprende una parte importante del macizo de Ayllón.
Se trata de una zona verdaderamente maravillosa para el turismo, en la que se puede apreciar todo tipo de montañas, viviendas, caminos y calles con un precioso color mate oscuro.
Las lajas de pizarra abundan en esta zona montañosa de esta provincia castellana, en la que se encuentran lugares de enorme belleza.
Los lugares más destacados y atractivos del corazón de los pueblos negros
En primera instancia, tenemos a Valverde de los Arroyos, Majaelrayo, Bocígano, Campillejo, Campillo de Ranas, Cardoso de la Sierra, Colmenar de la Sierra, Peñalba y Bustares.
Adicional a su gran belleza, que deja extasiados a los turistas más experimentados, es posible disfrutar de un estupendo ambiente bucólico, de las fiestas tradicionales, del folklor y de sus costumbres ancestrales.
Es una experiencia fascinante conocer su antigua cultura popular y las particulares formas de vida de las comarcas más apartadas y típicas de la Meseta Central.
Normalmente, las preciosas casas disponen de dos plantas y un pavimento de madera en el piso superior, que sirve para protegerse de las inclemencias del frío extremo, característico del invierno.
Para embellecer aún más, este ya de por sí deslumbrante panorama, las viviendas enseñan orgullosas sus ventanales pequeños y sus sistemas antiguos de escaleras.
Ahora, la ubicación exacta de los Pueblos Negros se encuentra en las faldas del Pico Ocejón, en el norte de la provincia de Guadalajara, dentro de la zona del Macizo de Ayllón.
Se trata de pequeños y preciosos pueblos que disponen de un denominador común: su peculiar y preciosa arquitectura, digna de ser apreciada en cualquier época del año.
Las casas están construidas de pizarra negra, que las distingue del resto de la arquitectura de la zona y, merecido es mencionarlo, de la de España.
Además de los pueblos atrás mencionados, podremos maravillarnos con Roblelacasa, El Espinar, Robleluengo y Zarzuela de Galve.
Otras maravillas de los pueblos negros de Guadalajara
Como ya lo habíamos mencionado, cualquier época del año es apta para visitar esta esplendorosa ruta. Sin embargo, otoño y primavera son las mejores épocas.
En lo que al invierno respecta, digno es destacar que un manto blanco nevado cubre, con una belleza paradisíaca, esta maravillosa zona de España.
Pero, eso sí, la fauna propia de estos bosques dejarán extasiados a todos los afortunados visitantes.
Por allí se desplazan plácidamente jabalíes, conejos, perdices, corzos y las hermosas águilas perdiceras, entre otros muchos animales prácticamente salvajes.
Volvamos a hacer énfasis, ni más faltaba, en la esplendorosa arquitectura de los pueblos negros de Guadalajara.
Adicionalmente a lo ya mencionado al respecto, digamos que es necesario destacar la gran diferencia entre las viejas y las nuevas construcciones.
En las segundas, se pueden apreciar con claridad las nuevas técnicas de construcción en las casas rurales.
Sin embargo y para no desentonar con las viejas estructuras, esas nuevas construcciones cuentan con paredes exteriores y cubiertas hechas con la tradicional pizarra.
Ahora, los suelos y el clima de la zona son los elementos geográficos más importantes.
Los primeros, brindan los materiales con los que ancestralmente se han construido las viviendas, siendo la pizarra negra la que ha predominado y les ha dado el toque distintivo a los pueblos negros de Guadalajara.
Pero, es bien claro que el clima es determinante a la hora de construir, una vez de disponga de los aludidos materiales.
No tardes en conocer estos maravillosos pueblos, que son orgullo turístico de España.