Un concurso organizado por la compañía Allianz Global Assistance ha dado a Gaztelugatxe el lugar que merece, ya que este paraje vasco ha sido declarado campeón de las 7 maravillas naturales de España.
Han sido los usuarios, a través de un sistema de votaciones online en redes sociales, quienes han elegido este trozo de tierra perdido en el Mar Cantábrico, como el enclave natural más bello del país.
Situado entre Bakio y Bermeo, Gaztelugatxe está unido a la península por un puente de dos arcos. En la cima, tras pisar 231 escalones, se encuentra la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, a una altura de 80 metros sobre el nivel del mar. Su nombre, si bien hay dos posibles orígenes, señala a la ermita como un lugar de difícil acceso: Gaztelu-aitz (peña del castillo) o Gaztelu-gaitza (castillo difícil).
Pero … ¿qué es lo que hace especial a este lugar para haberse alzado con el galardón? El Mar Cantábrico por un lado, que impertérrito sigue erosionando las rocas del promontorio, excavando cuevas y tallando túneles. Por otro lado el paisaje, fantástico. Si ya el camino zigzagueante de la subida es impresionante, las vistas desde la ermita te impactarán.
Es un lugar con magia, profundo, rodeado de un halo de cierto misterio; a crear esa atmósfera ayuda el mar, que golpea con fuerza el peñasco. Es un lugar además de leyenda; por un lado la que asegura que si tocas la campana situada en la pared frontal de la iglesia tres veces y pides un deseo, se te cumplirá. Por otro, los antiguos aseguran que a este lugar llegó San Juan el Bautista desde Bermeo, llegando a la base del promontorio dando tres grandes pasos que dio lugar al posterior camino: uno en el Arco de San Juan de Bermeo, otro en el alto de Burgoa y el último en el primer escalón que da acceso a la ermita.
La historia de la iglesia habla de una situación estratégica que muchos, a lo largo de la historia quisieron para sí. De la construcción original (datada en el siglo IX) no queda nada; las batallas y los incendios que las acompañaban terminaron por derruirla. Pasó de iglesia a convento en el siglo XII, aunque doscientos años después los frailes lo abandonaron, dejando al lugar sin ningún objeto de valor. Pese a todo, la situación de la ermita seguía atrayendo e incluso sirvió como protección del señorío de Bizkaia frente al rey de Castilla; allí combatieron los siete caballeros de Bizkaia contra Alfonso XI, que fue obligado a retirarse. Años después, en 1596, la ermita fue nuevamente objeto de ataque, en esta ocasión por Sir Francis Drake y los corsarios que estaban bajo su mando; saquearon todo aquello que encontraron en San Juan de Gaztelugatxe y fueron especialmente crueles con el ermitaño que cuidaba del lugar, lanzándolo desde la parte más alta del peñasco. También fue lugar de «caza de brujas»; se dice y se comenta que los apresados en los akelarres eran encerrados en las cuevas de este enclave. Tras tantos avatares, la iglesia fue demolida en 1886 y reconstruida después.
Hoy día, Gaztelugatxe, es lugar de peregrinación: los pescadores acuden allí para pedir suerte al inicio de la temporada de pesca y en verano son diversas las romerías que se acercan hasta aquí partiendo de Bermeo, Arrieta y Bakio.