A tan solo 35 kilómetros de Barcelona, en la comarca del Vallés Oriental, se encuentra Ametlla del Vallés, un encantador pueblo que combina a la perfección su rica herencia modernista con un entorno natural privilegiado. Conocido por ser un lugar de veraneo para la burguesía catalana a principios del siglo XX, Ametlla del Vallés ha mantenido su esencia y se ha convertido en un destino ideal para aquellos que buscan desconectar en un entorno lleno de historia, cultura y naturaleza.
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Interés Turístico
Uno de los principales atractivos de Ametlla del Vallés es su patrimonio modernista, que se refleja en las numerosas casas y torres que adornan sus calles. Estas construcciones, muchas de las cuales fueron residencias de verano, destacan por sus fachadas ornamentadas, sus detalles arquitectónicos y sus amplios jardines. Un paseo por el centro del pueblo permite admirar joyas como la Casa Roviralta, un bello ejemplo de la arquitectura modernista catalana, o la Torre Reixach, que impresiona por su elegancia y su ubicación privilegiada.
El Parque de Can Camp, situado en el corazón del pueblo, es otro de los lugares que no puedes dejar de visitar. Este amplio espacio verde, con sus jardines bien cuidados y su aire tranquilo, es perfecto para un paseo relajante o un picnic en familia. El parque también alberga la Masía de Can Camp, una antigua casa señorial que hoy en día es un centro cultural donde se organizan exposiciones y eventos durante todo el año.
Otro lugar de interés es la Iglesia de Sant Genís, una construcción de origen románico que ha sido ampliada y restaurada a lo largo de los siglos. Su interior, sobrio pero lleno de detalles, ofrece un espacio de paz y contemplación, mientras que su campanario, visible desde varios puntos del pueblo, es un emblema de la localidad.
Gastronomía
La gastronomía de Ametlla del Vallés es un reflejo de la rica tradición culinaria catalana, donde los ingredientes frescos y de calidad son los protagonistas. Los restaurantes locales ofrecen una variada carta que va desde los platos tradicionales de la cocina catalana hasta propuestas más innovadoras. Entre los platos típicos que no puedes dejar de probar se encuentra el esqueixada de bacallà, una ensalada de bacalao desmenuzado con tomate, cebolla y aceitunas, aderezada con aceite de oliva virgen extra.
Otro plato destacado es la butifarra con mongetes, una combinación clásica de la cocina catalana que consiste en una jugosa butifarra a la parrilla acompañada de alubias salteadas con ajo y perejil. Los calçots con salsa romesco, especialmente durante la temporada de calçotades, son otro manjar que no te puedes perder si visitas Ametlla del Vallés en invierno.
Para los amantes de los postres, los panellets son un dulce tradicional que se suele consumir durante la festividad de Todos los Santos, elaborados a base de almendra, azúcar y piñones. Estos pequeños bocados son un deleite que refleja la tradición repostera de la región.
Actividades en la Zona
Ametlla del Vallés es un lugar ideal para disfrutar de actividades al aire libre, gracias a su ubicación en la Serralada Prelitoral y sus alrededores llenos de naturaleza. Una de las actividades más populares es el senderismo, con rutas que atraviesan bosques mediterráneos y ofrecen vistas espectaculares del Vallés Oriental. La Ruta dels Tres Turons es una de las más recomendadas, ya que permite recorrer tres de las colinas más emblemáticas de la zona, con panorámicas que se extienden hasta la ciudad de Barcelona y más allá.
El Parque Natural del Montseny, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, se encuentra a poca distancia de Ametlla del Vallés y ofrece una gran variedad de rutas de senderismo, ciclismo y observación de fauna. Es un lugar ideal para desconectar y disfrutar de la naturaleza en su estado más puro, con paisajes que cambian radicalmente con cada estación del año.
Para los amantes de la cultura, Ametlla del Vallés y sus alrededores ofrecen un rico calendario de actividades culturales, que incluyen conciertos, exposiciones y talleres. Además, la proximidad a Barcelona permite disfrutar de las numerosas ofertas culturales de la ciudad, como museos, teatros y festivales, haciendo de Ametlla del Vallés una base perfecta para explorar tanto el entorno rural como la vibrante capital catalana.
Fiestas y Eventos
Ametlla del Vallés es un pueblo que celebra sus tradiciones con entusiasmo y alegría. La Fiesta Mayor, que tiene lugar a finales de agosto en honor a Sant Genís, es uno de los eventos más esperados del año. Durante esta festividad, el pueblo se llena de vida con actividades para todas las edades, que incluyen conciertos, castells (torres humanas), correfocs (espectáculos de fuego) y bailes tradicionales, creando un ambiente festivo y acogedor.
Otro evento destacado es la Festa de Sant Jordi, celebrada el 23 de abril. Durante esta jornada, las calles de Ametlla del Vallés se llenan de puestos de libros y rosas, en una celebración de la cultura y el amor que es típica en toda Cataluña. La Fira de Nadal en diciembre es otra ocasión especial, donde los artesanos locales venden productos navideños y se realizan actividades festivas para todas las edades.
Alrededores
Los alrededores de Ametlla del Vallés ofrecen muchas otras posibilidades de exploración. A poca distancia se encuentra el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, un paraje natural de gran belleza que es ideal para excursiones de un día. También puedes visitar el cercano Granollers, una ciudad con un rico patrimonio histórico y una gran oferta comercial, o hacer una excursión a La Garriga, famosa por sus aguas termales y su impresionante arquitectura modernista.
Ametlla del Vallés es un destino que combina lo mejor de la tradición catalana con la belleza de un entorno natural inigualable. Su rico patrimonio modernista, su deliciosa gastronomía y su proximidad a las principales atracciones de la provincia de Barcelona lo convierten en un lugar ideal para una escapada relajante y cultural. No importa si buscas desconectar en plena naturaleza, descubrir la historia de la región o simplemente disfrutar de la vida tranquila de un pueblo catalán, Ametlla del Vallés te ofrece una experiencia única que te dejará con ganas de regresar.